Unos 150 incendios forestales no daban tregua el viernes al centro sur chileno favorecidos por el viento y temperaturas extremas. Cuatro personas han fallecido, según informó la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Los siniestros avanzan de manera simultánea en medio de una oleada de calor que el viernes superaría los 42 grados Celcius y de fuertes vientos, condiciones que se mantendrían en los próximos días.
Al concluir una reunión con miembros del ente nacional de emergencia, Tohá informó que los incendios cobraron la vida de cuatro personas, que se movilizaban en dos vehículos: en el primer caso murieron calcinadas y en el segundo producto de un accidente, “probablemente tratando de escapar del fuego”. Los casos se registraron en la comuna de Santa Juana, en la región del Biobío, unos 560 kilómetros al sur de la capital chilena.
La autoridad precisó que el viernes se mantenían 192 incendios activos que descendieron a 151 al mediodía. Añadió que se combaten 39 siniestros y que otros 65 están controlados. Los siniestros se concentran en el Biobío y en la región de Ñuble, distante unos 400 kilómetros al sur.
Ambas regiones fueron declaradas en estado de catástrofe, lo que permite la coordinación de tropas militares que ayudarán en el combate de las llamas que, preliminarmente, han consumido unas 14.000 hectáreas. Se desconoce, por ahora, el número de viviendas y de otras estructuras arrasadas por las llamas.
Ivonne Rivas, alcaldesa de Tomé, en el Biobío, declaró a una radioemisora local que “las familias lo están pasando muy mal, es un infierno lo que están viviendo, el fuego se nos arrancó de las manos”.
Las autoridades de la Corporación Nacional Forestal señalaron que los siniestros son combatidos por medios terrestres y por 77 aeronaves. La ministra Tohá añadió que empresas forestales dispondrán de otras 60 y que se gestionan otras naves con Argentina y Brasil, que llegarían el próximo lunes.
