Manifestantes en Ferguson, Misuri, comenzaron a sabotear las ventas del "Viernes Negro" en tiendas de Estados Unidos durante la noche, en una nueva táctica para ventilar su descontento por la decisión de un jurado de no presentar cargos contra un policía que mató a tiros a un joven negro desarmado.
Al dar inicio a su más reciente estrategia dentro de un Walmart en otro suburbio cercano de St. Louis, alrededor de 75 manifestantes protestaron pacíficamente, gritando "Manos arriba, no disparen", desconcertando a buscadores de ofertas que se desplazaban con sus carritos de compras.
Antes de dirigirse en caravana a un Walmart el jueves por la noche, un grupo de cerca de 100 manifestantes disfrutaron la cena del Día de Acción de Gracias, cantaron, rezaron y discutieron su nueva estrategia en el sótano de una iglesia en St. Louis.
"Estamos golpeados, pero no quebrados", afirmó Cathy Daniels, quien preparó la comida. "Estamos reagrupándonos", sostuvo.
Más tarde se dispersaron pacíficamente ante una orden policial y se dirigieron a un local de Target, donde realizaron una manifestación similar. Varios grupos planeaban más acciones de ese tipo para el viernes.
Ferguson se convirtió en el punto focal de las relaciones raciales, a menudo tensas, en Estados Unidos después de que el policía Darren Wilson mató a tiros a Michael Brown el 9 de agosto.