El fotógrafo de AFP Jerome Brouillet supo que le esperaban fuegos artificiales cuando vio al surfista olímpico brasileño Gabriel Medina adentrarse en una de las olas más grandes del día, en medio de una de las rompientes más fuertes del mundo.
No imaginó que su postal de Medina, saliendo de la ola, que le valió un récord olímpico en Tahití, se convirtió en una sensación mundial y seguramente en una imagen emblemática del deporte y de los Juegos de París 2024.
El fotógrafo de 30 años estaba en un barco en el canal de Teahupo’o, en la Polinesia Francesa, en una zona de aguas más profundas y tranquilas, al lado de la ola, pero sin una línea de visión clara; Estaba, sin embargo, exactamente donde tenía que estar.