A pocos políticos he visto tan aterrizados como a él. Tras una charla con periodistas con motivo de su primer informe de gobierno, me queda claro que Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro, será factor de unidad en su partido, el PAN, para los tiempos político-electorales que se avecinan.
Lo conocí cuando era senador con licencia y se perfilaba como candidato de su partido a gobernador. Con humildad, contra todos los pronósticos y diagnosticando que el tema de la inseguridad crecía en la entidad, venció al entonces gobernador priista mejor calificado, José Calzada, porque en Querétaro hubo una elección en la que el mandatario metió las manos a favor de su candidato, cuyo nombre ha quedado políticamente en el olvido.
Con atino nos dice que Calzada estaba bien calificado pero que la verdadera calificación fueron los comicios y perdió.
Y el priista, actual secretario de Agricultura, no dejó la casa ordenada: déficit y deuda fueron temas que el gobernador Domínguez debió ordenar y darle la vuelta en menos de 9 meses de administración.
Aterrizado, el panista nos reafirma que piensa terminar su sexenio, que en el PAN debe privar la unidad no importando quién sea su candidato presidencial y que es todo un reto tener vigentes por primera vez en la historia 11 mandatarios estatales en funciones emanados de Acción Nacional.
No le da la vuelta a los temas, en Querétaro somos conservadores, dice, cuando le preguntan temas sociales como el matrimonio igualitario, no esconde sus cartas, se deja ver como es. Se puede estar de acuerdo o no con sus conceptos, pero se le agradece su franqueza.
Lamenta que a Querétaro no se le reditúen los recursos públicos en función de la productividad y que se hayan cancelado proyectos prometidos como el tren México-Querétaro para este sexenio.
Puede haber gobiernos honestos, ordenados, que sean auditados y transparentes, nos insiste Domínguez. Conceptos que promete está aplicando y seguirá haciéndolo.
Nos presume que Querétaro es la tercera entidad federativa en lo que hace a creación de empleos, que empresas trasnacionales se pelean por instalarse ahí, que más de 70 familias llegan al día al estado y que tienen la infraestructura adecuada en la entidad para asumir las implicaciones demográficas.
Sus grandes retos, ir ordenando el transporte público y bajar los crecientes índices delictivos en robo a habitación, transeúnte y automóviles.
Se compromete a un nuevo corte de caja y revisar sus números con los periodistas.
Por lo pronto ahí estaba, contestando a todo, sin falsas pretenciones, hablando con pasión de lo que sucede en su administración y en la política nacional. Pocos políticos aterrizados en los partidos políticos los hay como él, por eso en el PAN, ahora que empiezan aflorar las diferencias por los posicionamientos electorales, deberán escucharlo y aprenderle mucho. |