El fuego va camino de superar el ocurrido en agosto de 1996 en el condado de San Luis Obispo, donde se quemaron más de 43 mil hectáreas, y convertirse así en el vigésimo incendio más grande de la historia de California.
Casi 2 mil bomberos combaten las llamas en un terreno montañoso de difícil acceso y se espera que, dadas las condiciones meteorológicas actuales, el incendio continúe quemando matorral, hierba alta y bosque “con mayor intensidad”.
Solamente un 31 por ciento del frente del fuego se encuentra controlado, según el último parte de USFS, que determinó que un rayo caído el 31 de julio prendió las llamas.